martes, 27 de agosto de 2013
jueves, 22 de agosto de 2013
Ensayo sobre el consumismo.
A modo de prueba
¿Elegidos o Elegimos?
Sociedad de consumo (Consumismo)
Nombre: Gastón Álvarez
Docente: Lorena Colazzo
Grupo: 4to 1
Materia: Filosofía
Liceo: Huerto
Fecha de entrega: 23/8
Índice
Introducción………………………………………………….1
Sociedad
de consumo (Desarrollo)………………………………………………….2
Conclusión………………………………………………….9
Bibliografía………………………………………………….11
Introducción:
En este ensayo el tema a tratar será la sociedad de consumo,
básicamente el consumismo, pero primero que nada antes de sumergirnos en este
tema, debemos analizar más profundamente su definición.
Sociedad de consumo: Es un término utilizado en economía y sociología,
para designar al tipo de sociedad que se corresponde con una etapa avanzada de desarrollo industrial capitalista y que se caracteriza por el consumo masivo de bienes y servicios,
disponibles gracias a la producción masiva de los mismos.
Consumismo: El consumismo es la
acción desenfrenada de adquirir bienes y/o servicios sin que realmente los
necesitemos, sino que dándole al proceso de adquisición en sí mismo un valor,
ya sea de status, como un proceso que calme la ansiedad, o un sustituto para
alguna falencia personal.
Se diferencia con el consumo común es que este último se refiere solamente a la adquisición de bienes y servicios, mientras que el consumismo admite un impulso incontrolable para hacerlo (como diríamos, de manera "compulsiva").
Se diferencia con el consumo común es que este último se refiere solamente a la adquisición de bienes y servicios, mientras que el consumismo admite un impulso incontrolable para hacerlo (como diríamos, de manera "compulsiva").
Es importante señalar
que todos participamos de alguna medida u otra en esto del consumismo (¿en
realidad "necesitamos" tener un televisor, por ejemplo?).
De ahí es donde deriva
mi pregunta con la cual voy a basarme para este ensayo, “¿Elegidos o
Elegimos?”. Hasta que cierto punto nosotros somos conscientes de lo que
gastamos, consumimos, entre otras cosas. ¿Todo lo que compramos realmente lo necesitamos?
¿O la sociedad nos hace creer y pensar
que es necesario? ¿Nosotros elegimos formar parte de esta sociedad? ¿O la
sociedad nos lleva a tener este tipo de comportamiento? ¿Es lo mismo necesitar
que desear?
Vivimos en una
sociedad basada en el consumo, y dependemos del mismo para la prosperidad
económica de las naciones; o sea en si mismo el consumir no es
"malo", sino que se debe buscar un equilibrio, como en todas las
cosas.
Para que no seamos extremistas, creo que la línea está en consumir en la medida de las posibilidades (evidentemente no es sano endeudarnos para consumir algo que no necesitamos) y necesidades (incluyendo la necesidad de distención y diversión) de manera equilibrada, como una forma de disfrute de lo que ganamos como retribución en nuestros trabajos.
Me parece que los riesgos están en el consumo para satisfacer alguna necesidad emocional no resuelta, por aburrimiento o por la búsqueda de cosas que no valen la pena como es el "status". A gran escala esto además trae riesgos ecológicos (el consumismo no considera al medio ambiente), personales (una falsa sensación de bienestar temporal), social y cultural.
Para que no seamos extremistas, creo que la línea está en consumir en la medida de las posibilidades (evidentemente no es sano endeudarnos para consumir algo que no necesitamos) y necesidades (incluyendo la necesidad de distención y diversión) de manera equilibrada, como una forma de disfrute de lo que ganamos como retribución en nuestros trabajos.
Me parece que los riesgos están en el consumo para satisfacer alguna necesidad emocional no resuelta, por aburrimiento o por la búsqueda de cosas que no valen la pena como es el "status". A gran escala esto además trae riesgos ecológicos (el consumismo no considera al medio ambiente), personales (una falsa sensación de bienestar temporal), social y cultural.
Sociedad
de consumo (Desarrollo):
Tanto en
el paleolítico como en las modernas sociedades súper avanzadas, el ser humano
ha sido un consumidor, consumir ha sido siempre necesario para sobrevivir. Sin
embargo, al hablar de sociedad de consumo nos referimos más bien a la sociedad
que comienza a desarrollarse a partir de la revolución industrial (siglos XVIII
y XIX) y que alcanza su pleno desarrollo tras la Segunda Guerra
Mundial. Con
las rupturas que se produjeron con las guerras, los avances de la ciencia y la globalización,
los ciudadanos se convirtieron en consumidores.
Como consecuencia de las guerras se abrieron nuevos mercados de oportunistas que con la excusa de ayudar a los países en crisis, los convierten en esclavos económicos ofreciéndoles créditos muchas veces impagables, de esta manera fueron colonizando en una forma pacífica a dichos países y con la ayuda de la ciencia fueron monopolizando esos mercados. Básicamente una “invasión no violenta” de las principales potencias mundiales hacia los países sub-desarrollados.
Como consecuencia de las guerras se abrieron nuevos mercados de oportunistas que con la excusa de ayudar a los países en crisis, los convierten en esclavos económicos ofreciéndoles créditos muchas veces impagables, de esta manera fueron colonizando en una forma pacífica a dichos países y con la ayuda de la ciencia fueron monopolizando esos mercados. Básicamente una “invasión no violenta” de las principales potencias mundiales hacia los países sub-desarrollados.
La sociedad de subsistencia
En las llamadas sociedades de subsistencia, la
producción que generan la caza, la pesca, la agricultura y la artesanía tiene
como fin satisfacer las necesidades básicas de los individuos:
Alimento,
Vestido, Vivienda (Además de Salud y Educación)
La
producción se ajusta a dichas necesidades y se orienta en su totalidad hacia el
consumo, de modo que apenas se producen excedentes. Se trabaja lo justo para
producir lo necesario para sobrevivir. En Uruguay 1067000 de personas tienen al
menos una NBI insatisfecha; y el 44% de los adolescentes entre 12 y 16 años,
carecen al menos de una de ellas.
Sociedades industriales de consumo
En las
sociedades industriales, la industrialización, el crecimiento económico y el
desarrollo de modernas tecnologías hacen posible la producción de bienes de
consumo en grandes cantidades. Esto provoca un boom incontrolable de productos
que es preciso consumir para dar salida a la producción y para que no se
detenga el crecimiento económico. Frente a la escasez que reina en la mayor
parte del planeta, las sociedades de consumo son sociedades de la abundancia.
El
problema fundamental del sistema económico es ahora vender los productos y
hacer que se consuman. Ello se logra mediante la creación artificial de nuevas
y cada vez más numerosas necesidades en los consumidores.
Las
empresas de publicidad y marketing se convierten en verdaderas fábricas de
deseos. Surge el fenómeno del consumismo. A diferencia de lo que ocurría en las
sociedades de subsistencia, es la producción la que acaba creando necesidades
antes inexistentes en los consumidores a través de la publicidad y los medios
de comunicación de masas.
Luego de
leer la siguiente información, uno se da cuenta en la comparación, que
realmente todo lo que consumimos, no es lo que uno necesita. Si no que nosotros
creemos que lo necesitamos, porque la sociedad nos ha llevado a eso.
Recursos para aumentar el consumo
En la sociedad de consumo se ha desarrollado toda una
serie de recursos y estrategias con el fin de aumentar el consumo y dar salida
a la producción. Uno de estos recursos ha sido el desarrollo de diferentes
modalidades de venta, como la venta a plazos y las tarjetas de crédito. También
hay que señalar el acortamiento de la vida de los productos debido a su mala
calidad o a la imposibilidad de repararlos o recargarlos, los productos de un
solo uso, las modas cambiantes, las ofertas y sobre todo la publicidad y el
marketing. Todo ello favorece la cultura del consumo.
La publicidad
Desde el
punto de vista de la empresa, la publicidad es una técnica comercial que puede
definirse como una comunicación masiva pagada, cuyo propósito final es el
divulgar la información, producir o cambiar actitudes e inducir a la acción
beneficiosa para el anunciante.
La
divulgación de información va dirigida a la contratación de bienes o servicios,
por lo que queda deslindada de la propaganda y de la información sobre los
méritos del producto o servicio, no sobre sus cualidades. Para evitar
manipulaciones, la cámara de comercio internacional ha elaborado un código de
prácticas legales en materia de publicidad. (¿Se cumple?)
En la
sociedad de consumo la publicidad lo inunda todo y se sirve fundamentalmente de
los llamados medios de comunicación de masas.
En primer
lugar, la publicidad trata de llamar la atención del público sobre el producto
anunciado e intenta impactar mediante la estética de los anuncios: utilización
del desnudo humano, de la sorpresa, del humor e incluso del suspense.
En
segundo lugar, debe conseguir que el público compre el producto. Esto se logra
provocando primero en los consumidores el deseo del producto. Para ello los
técnicos en publicidad examinan y tienen en cuenta las más íntimas motivaciones
y deseos del ser humano, como es la necesidad de seguridad en uno mismo, el
éxito en la vida, la necesidad de aprobación por parte de los demás, etc.
Por otro lado el consumo,
gracias a la publicidad, se ha convertido en toda una institución, se trata de
un consumo donde se le da más importancia a la apariencia, al envoltorio, más
que al producto en sí. Por ejemplo, esos envases de perfumes, con ese diseño
tan perfecto, donde ningún detalle se olvida, pero que, sin embargo, en su
interior sólo guardan un perfume cuya pésima calidad deja mucho que desear.
También, destaca el hecho de
que se dé a consumir mujer a las mujeres, hombres a los hombres, jóvenes a los
jóvenes, etc.; y es que, de alguna manera, las distintas modas van definiendo
prototipos que hay que imitar lo mejor posible, estableciéndose, de esta forma,
prototipos de mujeres, de hombres, de jóvenes, esto también lleva a lo que es
la discriminación a aquellas personas las cuales no cumplen el prototipo
establecido según la sociedad.
Los sujetos buscan
diferenciarse de sus semejantes, y esto se logra, fundamentalmente, a través de
las marcas, unas marcas que no marcan al producto sino al consumidor.
En la actualidad, para
conseguir cierta notoriedad en una determinada marca o lograr una buena imagen
comercial se acude normalmente a la publicidad, a la comunicación.
El marketing
Se llama
marketing al conjunto de técnicas para conseguir una producción más rentable y
una venta de los productos más eficaz. Un ejemplo de estas técnicas consiste en
presentar los mismos productos como “distintos”, con envolturas, marcas o
envases diferentes, de modo que sean capaces de provocar necesidades “nuevas”
Los
expertos en marketing saben muy bien que la apariencia o imagen externa del
producto es signo de prestigio y distinción (cosa que atrapa a los jóvenes). De
ahí la importancia que adquieren las marcas y otros signos externos del
producto, el establecimiento de compra, la firma del diseñador o incluso un
precio elevado en las estrategias de venta. Frecuentemente la imagen del
producto cuenta más que la calidad o su utilidad.
Consumo de los jóvenes
Los
chicos son más consumistas que las chicas, pero ellas gastan la mitad de sus
ingresos en ropa.
En contra
de la creencia generalizada, los chicos son más consumistas que las chicas, y
se dejan influir más por cuestiones como la moda, las marcas o la publicidad.
Ellos
prefieren bienes que les permitan parecerse al grupo de referencia (coches,
motos, vestuario de marca). Buscan bienes que les permitan movilidad. Ellas
optan por diferenciarse unas de otras. Se interesan más por bienes que les
proporcionan permanencia (habitación propia, casa propia, muebles).
En
nuestro país hay 600000 adolescentes aproximadamente. Son esa porción
poblacional que está estudiando o abriéndose paso en el mercado laboral,
prefiere salir... y gasta. Su dinero o el de sus padres.
Los
chicos y chicas que lo reciben de sus padres suelen ser más inconscientes en el
consumo. Pero los que lo obtienen a costa de su trabajo son menos compulsivos,
seguramente condicionados porque saben lo que cuesta conseguirlo.
Productos de marca
Todo el
mundo dice que no le importan las marcas, pero las marcas están ahí, ganando
más dinero a costa de los jóvenes.
En el
fondo la marca es una señal de distinción, llevar un artículo cuya legitimidad
es reconocida por todos. Y los jóvenes, a una edad concreta, lo que buscan es legitimidad
en su grupo.
La
mayoría de estas marcas tan famosas, fabrican sus productos en fábricas
situadas en países subdesarrollados y con mano de obra muy baja. Incluso llegan
a la explotación infantil pagándoles una miseria. Estos productos salen al mercado
a un precio muy elevado y sus costes son realmente bajos.
Comida rápida
Son señas
de identidad del consumo joven, las cosas han de hacerse rápidas y, si es
necesario, a distancia.
Controlar
los conceptos de espacio y tiempo tiene su reflejo en lo que se gastan los
jóvenes, como el del 'fast food' o el de la mensajería móvil. Sabedores de esas
preferencias juveniles, las grandes cadenas de comida rápida preparan su asalto
definitivo. En los próximos dos años habrá multimillonarias inversiones y el número
de establecimientos se duplicará.
Recientemente
un producto de una de estas empresas ha sido retirado del mercado debido a su
alto contenido en calorías. Se aprovechan de la gente joven con precios bajos
para que estos compren de forma abusiva.
Las principales victimas
El
resultado de algunos estudios sobre el consumismo han demostrado que los niños
son los “mejores consumidores”. Los niños son las víctimas principales de la
publicidad desenfrenada.
En relación con la alimentación, el exceso de publicidad ha cambiado algunos hábitos de consumo infantil, no sólo se consumen más alimentos "chatarra" sino muchos otros que no son siempre los mejores para una buena alimentación.
Para el cuidado de la alimentación se han introducido una serie de disposiciones gubernamentales. Algunas mandan incluir leyendas en la publicidad que promueven una dieta balanceada.
Pero ¿Qué ha sucedido en los años más recientes como consecuencia de la publicidad en los medios masivos, sobre todo la TV?, que a los niños se les han impuesto por medio de la publicidad, los juegos y los juguetes.
Podremos ver que esos juegos y juguetes no se lanzan al mercado apoyados únicamente por una fuerte campaña. Sin importarles a las grandes multinacionales lo que piensen los niños de ese producto o si será resistente y divertido.
En relación con la alimentación, el exceso de publicidad ha cambiado algunos hábitos de consumo infantil, no sólo se consumen más alimentos "chatarra" sino muchos otros que no son siempre los mejores para una buena alimentación.
Para el cuidado de la alimentación se han introducido una serie de disposiciones gubernamentales. Algunas mandan incluir leyendas en la publicidad que promueven una dieta balanceada.
Pero ¿Qué ha sucedido en los años más recientes como consecuencia de la publicidad en los medios masivos, sobre todo la TV?, que a los niños se les han impuesto por medio de la publicidad, los juegos y los juguetes.
Podremos ver que esos juegos y juguetes no se lanzan al mercado apoyados únicamente por una fuerte campaña. Sin importarles a las grandes multinacionales lo que piensen los niños de ese producto o si será resistente y divertido.
¿Y qué
consecuencias tienen los niños ante esto?
· Como el juego y los juguetes no fueron escogidos por ellos, casi inmediatamente son abandonados.
· Como el juego y los juguetes no fueron escogidos por ellos, casi inmediatamente son abandonados.
· El poco
o mucho uso de ese tipo de juguetes, no obstante que es un juego que ellos no
eligieron, si llega a causarles un daño en
cuanto que, por lo común, esos
juegos y juguetes representan acciones violentas, agresivas y destructivas.
· Tomando
en cuenta el tipo de juguetes que se producen, resultan inhibidores de la
fantasía, iniciativa e inventiva de los
niños.
Seguramente más de una vez nos ha tocado presenciar cómo un pequeño que apenas puede andar, juega a matar a todo aquel que se le pone enfrente.
Seguramente más de una vez nos ha tocado presenciar cómo un pequeño que apenas puede andar, juega a matar a todo aquel que se le pone enfrente.
Como
resultado de la TV,
hoy día los niños y jóvenes emplean un lenguaje muy pobre condicionado por la
permanencia de los personajes y de los programas que lo crean.
Las formas de hablar, los gustos y modas, sacadas de la TV, igualan los gustos de los jóvenes, intentando que imiten los cánones impuestos por la publicidad.
Las formas de hablar, los gustos y modas, sacadas de la TV, igualan los gustos de los jóvenes, intentando que imiten los cánones impuestos por la publicidad.
Lo mismo
ocurre con la música ya que se da importancia a gente sin ningún mérito musical
únicamente por su buen aspecto haciendo que los jóvenes den de lado a la buena
música o los grandes clásicos ya que los empiezan a considerar anticuados, además
destruyen el criterio de los jóvenes ante la música ya que llega un momento en
el que no saben diferenciar a los músicos "basura" de los que
realmente son músicos.
CONCLUSIÓN
Luego de
leer y analizar toda esta información, logré darme cuenta de que CONSTANTEMENTE
somos bombardeados por publicidades, tanto como en la calle, en la televisión,
internet, entre otros, prácticamente estas publicidades nos lavan el cerebro,
hasta haciéndonos sentir necesidades “artificiales” que realmente no son
necesidades. Si nos ponemos a pensar en los millones que gastan las empresas en
publicidad, es porque realmente las empresas ganan millones y esa publicidad
sirve, nos engañan, nos mienten y nosotros hasta creemos que realmente esas
empresas se preocupan por nuestro bien estar, y ahí es cuando que me doy cuenta
que mí pregunta se responde. La mayoría de las personas somos tan “ignorantes”
que todos caemos en esta red del consumismo sin darnos cuenta, jamás nos
paramos a pensar ¿realmente lo que tengo, lo necesito? Y la respuesta
claramente es no, tenemos mucho más de lo que necesitamos, solo que esta
sociedad nos ha adaptado a “necesitar” lo que no necesitamos. Nosotros nunca
elegimos, nos obligan a elegir sin darnos cuenta, se podría decir que somos
unas marionetas.
Realizar
este ensayo me hizo darme cuenta de que formo parte de lo que es la sociedad de
consumo, que soy consumista y que muchas veces me dejo influenciar por propaganda
e incluso hasta me he dejado influenciar hasta por mis propios amigos, el hecho
de estar alrededor de gente consumista, tarde o temprano uno llega a eso,
ahora, como enfrentar esta realidad si uno quiere cambiar, ahí es el momento
que te das cuenta si uno realmente
quiere cambiar este comportamiento, sería sometido a un aislamiento social, ya
que la sociedad de consumo está muy globalizada y mucha gente ni siquiera sabe
que forma parte de ella y que está sometida a la misma, por lo tanto una
persona que actúe de forma menos consumista sería tratada como “rara”, pero
todo esto me ha servido para intentar a comenzar a cambiar mis actitudes
consumistas, sin interferir en el pensamiento del otro.
Bibliografía
Wikipedia
El rincón
del vago
Yahoo
respuestas
Consumo y
consumismo (Blog)
Tus
preguntas mis respuestas
Diario El
País
Diario El
Observador
Informativo
Canal 10
sábado, 17 de agosto de 2013
Bacterias, buenas amigas?
Enemigas buenas
Se las ve como las grandes amenazas de la
humanidad pero no es tan así. Gracias a las bacterias hay oxígeno en la
Tierra pero igual remiten a peligro, suciedad y enfermedades. Y por eso
queremos acabar con ellas.
Temas
Juan Andrés Ferreira
No tienen buena prensa. Y con razón. Las bacterias
están íntimamente relacionadas con algunos de los más devastadores
desastres y algunas de las más terribles epidemias y enfermedades
padecidas por la humanidad a lo largo de la historia.
La lepra, el cólera, la gonorrea y la sífilis son
producto de la acción de las bacterias patógenas sobre el organismo
humano. También las caries, la putrefacción de los alimentos, el
botulismo, el impétigo, la clamidiasis, la meningitis, la tos ferina, la
epiglotitis (rara, aunque potencialmente mortal), la neumonía, la
salmonela y muchas infecciones intestinales son resultado de la
sobreactividad bacteriana.
En los avisos publicitarios, ahora son presentadas con
morfología monstruosa enfrascadas en una guerra mugrienta y silenciosa
contra la especie humana.
Por lo visto, son sucias, peligrosas, dañinas,
oportunistas y por eso mantener una higiene correcta ya no se limita a
lavarse las manos después de usar el baño y antes de ingerir alimentos, a
tener las uñas cortas y a cepillarse correctamente los dientes y la
lengua. Hoy, para estar sanos y libres de la acción maléfica de estos
microrganismos necesitamos verdaderos kits antibacteriales: desde el
alcohol en gel, que se puso de moda tras el brote del virus H1N1, a las
toallitas antisépticas con aroma a limón, pasando por la creciente
presencia de los spray desinfectantes para superficies, que aseguran
eliminar el 99,9% de los gérmenes en ambientes que, aunque no se vean,
está repleto de bacterias. Y son un asco.
Pero la realidad bacteriana es bastante menos
esquemática y reduccionista de lo que los anuncios suelen mostrar. Para
empezar: dentro del reino de las procariotas -el dominio al que
pertenecen las bacterias- los agentes patógenos o dañinos son un
porcentaje mínimo, una fracción muy pequeña dentro de un sistema
evolucionado y fecundo. Y además, las bacterias ocupan un lugar
indispensable en cualquier estructura viva. Son responsables de la
descomposición y el reciclado de la materia orgánica e incluso de la
utilización del oxígeno en la respiración y de la fijación del nitrógeno
atmosférico, uno de los ciclos en los que basa el equilibrio de la
biósfera terrestre. La vida en la Tierra no existiría de no ser por las
bacterias.
Día a día convivimos con ellas. El queso que untamos
sobre las tostadas y el vino que descorchamos no existirían si no fuera
por la acción de las bacterias. Los aromas y sabores de las variedades
Emmental, Roquefort, Cheddar y Parmesano se da a través de la labor
bacterial. El sabor característico de la manteca no se lo provee la
grasa ni sal sino un subcompuesto llamado diacetilo, producto de la
actividad bacteriana sobre la lactosa de la leche. Y, por supuesto, dos
tipos de bacterias -Streptococcus thermophilus y Lactobacillus
bulgaricus- son necesarias para producir uno de los alimentos más
populares, el yogur. Gracias a la acción de las bacterias, los rumiantes
pueden digerir la celulosa que se encuentra en el pasto que comen, por
lo que también son necesarias para que exista la leche.
Están en todos los ambientes. En la mesa del comedor,
en el lavamanos, en los platos y cubiertos, en el carrito del
supermercado, en el teclado de la computadora y en la pantalla táctil
del celular. También: en el agua que usamos para ducharnos y con la que
preparamos el café. Y también bajo la superficie helada del Ártico, en
el casco del Titanic, fue hallada la Halomonas titanicae en 2010 en los
restos de la embarcación. Y sobre nuestra piel y dentro de nuestro
cuerpo.
Vida interior.
En el tracto respiratorio se hallan, en mayor
medida, Streptococcus, Staphylococcus y Corynebacterium. En la zona
genital de la mujer, el género predominante es Lactobacillus, y su
presencia contribuye a la protección, bloqueando la adhesión de
patógenos, produciendo compuestos antibacterianos e inhibidores de
crecimiento de otras bacterias perjudiciales, entre otros mecanismos de
defensa. La barrera bacterial mantiene a raya las infecciones urinarias
en las mujeres.
Un estudio realizado en la Universidad de Colorado
logró identificar más de 4.700 especies de bacterias sólo en las manos
de 51 personas. Según la investigación, llevada a cabo por medio de
técnicas de secuenciación genética y publicada en 2008 en Proceedings of
the National Academy of Sciences, sólo cinco de estas especies eran
compartidas entre todos los participantes. Incluso una misma persona
compartía un bajo porcentaje de bacterias entre sus manos. La diversidad
es la constante en el microcosmos.
Compartir el mate o el escritorio o un teléfono
común equivale a compartir, importar y exportar bacterias presentes en
la piel o expelidas en la boca. Al hablar se eliminan pequeñas gotas de
saliva en la que habitan bacterias que provienen de la boca y la
faringe. La imagen puede resultar grotesca y asquerosa para muchos.
"Todavía no tenemos la entera seguridad, pero diversificar los contactos
y tener oportunidades de adquirir bacterias diferentes podrían
enriquecer el capital de la microbiota de una persona y hacerla más
fuerte ante situaciones que pueden ser adversas", dice Felipe Schelotto,
médico especialista en microbiología, exdecano de la Facultad de
Medicina. "Así que, en cierta forma, el intercambio puede llegar a ser
beneficioso. Una microbiota rica y saludable promueve la formación de
células defensivas y anticuerpos".
Representantes del género Staphylococcus epidermidis
se encuentran desplegadas por toda la piel, el órgano más grande del
cuerpo, agente de interrelación y conexión entre el afuera y el adentro
del organismo. Su presencia es fundamental para que no se instale el
Staphylococcus aureus, mejor conocido como estafilococo dorado, que
viene a ser como el pariente indeseable de la familia, que produce
enfermedades como la meningitis o la neumonía.
"Una forma de ver cómo actúan las bacterias podría
ser con el ejemplo de los enchufes de una casa", explica Rafael Vignoli,
médico especialista en microbiología del Instituto de Higiene de la
Facultad de Medicina, cuya oficina está ubicada a escasos metros de la
de Schelotto. "Las bacterias se encargan de que estén todos los enchufes
ocupados, de que no venga alguien y utilice alguno que haya quedado
libre". Esa es la razón por la que se recomienda precaución en el uso de
los antibióticos (del griego anti, "en contra" y biotikos, "dado a la
vida"), en especial los de espectro largo. "Si bien los antibióticos
siguen siendo una línea de defensa insustituible en las enfermedades
infecciosas, el sobreuso también encierra un riesgo de generación de
cepas resistentes", dice Vignoli. Si el consumo de antibióticos se da un
hospital, va a ser muy diferente a que se de en la casa del paciente.
Si bien la resistencia de las bacterias puede darse en cualquier parte,
los hospitales son zonas donde la acción antibacterial es constante y
donde se aniquilan a todas las bacterias sensibles. Volvemos al ejemplo
de los enchufes: en su intervención, el antibiótico elimina una buena
cantidad de bacterias que podrían estar ocupando enchufes que ahora
serán usados por patógenos. Los sistemas de internación domiciliaria
intentan, a su modo, prevenir esto.
En pacientes inmunodeprimidos, el buen defensor que
suele ser el Staphylococcus epidermidis puede provocar infecciones. Esto
se debe a que el comportamiento de las bacterias cambia según el
contexto. "Las enfermedades nunca son provocadas únicamente por las
bacterias", dice Schelotto. "Que surja una enfermedad derivada a partir
de la interacción de las bacterias con una persona o con un grupo humano
va a depender más de la persona o de ese grupo que de la bacteria",
sostiene el investigador. "Es más la oportunidad que le da la persona a
la bacteria que la agresividad que pueda tener o no esta bacteria.
Alguna inocuas pueden llegar a ser patógenas en los ambientes
inmunodeprimidos", agrega. "Actualmente se sabe que cualquier bacteria
puede llegar a ser agresiva, entre comillas, si le damos la
oportunidad".
Un millón de millones.
El organismo se compone de células que conservan un
ambiente rico en carbono e hidrógeno (un contexto ambiental equivalente
al de la Tierra en el momento en que empezó la vida), lo que lo
convierte en un ecosistema ambulante donde residen millones y millones y
millones de bacterias. Es decir: cada ser humano es un multiorganismo
simbiótico formado por otros seres que conviven (o intentan convivir)
más o menos de forma equilibrada.
Tenemos bacterias en las manos, en los dedos, debajo
las uñas, detrás de las orejas, en las pestañas, en los labios, sobre
la lengua, entre los dientes, en la garganta, en los genitales, en los
pies, en el pecho, en los restos de piel que dejamos en la ropa. El
colchón sobre el que dormimos se hace más pesado con los años por la
acumulación de microrganismos. Intercambiamos bacterias propias y ajenas
en un apretón de manos, cuando damos un beso o un abrazo, cuando
subimos al ómnibus, cuando conversamos, cuando compartimos un almuerzo o
usamos el teléfono. En todo momento.
Complejas maniobras biotecnológicas a escala
microscópica ocurren en atmósferas cálidas y acuosas como la boca y en
territorios secos y regulares como los glúteos o los antebrazos. Las
axilas y el ombligo son junglas húmedas donde seres imperceptibles, bajo
un clima que podría ser el equivalente microscópico al amazónico de la
escala humana, celebran convenciones y asociaciones mutuales destinadas a
la supervivencia y la expansión.
A diario, a través de nuestras emisiones biológicas,
se desprenden comunidades enteras que se han asociado para que el
ecosistema del que forman parte, nuestro cuerpo, funcione en armonía.
Estas comunidades forman la llamada microbiota. Muchas de ellas viven y
luchan en el intestino humano (un órgano que puede medir hasta ocho
metros), en lo que se conoce como la microbiota intestinal, antes
conocida como flora. La mayoría de las bacterias del cuerpo se encuentra
allí.
La microbiota intestinal contribuye a la producción
de sustancias, vitaminas y compuestos diversos que no podríamos
sintetizar de un modo completo. Como la celulosa en las vacas, esta red
de seres diminutos colabora en el proceso digestivo.
"Son importantes en la degradación de algunos
polipéptidos (las moléculas que forman las proteínas) y algunos
azúcares, todo en conjunto con nuestras enzimas", dice Schelotto.
"Ocupando el lugar que ocupan, forman una capa que cubre el epitelio
intestinal y contrarrestan el acceso de otras bacterias que llegan a
través de los alimentos y que pueden ser peligrosas". Schelotto fue
responsable de Bacteriología del Laboratorio Industrial de Conaprole.
"La vida, sin microbiota, sería insostenible", dice
Pablo Zunino, científico e investigador, presidente del Consejo
Directivo del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable.
"La biota intestinal saludable se asocia a la membrana mucosa, que
recubre internamente al intestino, y esta asociación deriva en efectos
protectores y de prevención de la colonización de potenciales
patógenos".
Solo en el colon, donde habita la gran masa de
microbiota, hay unas 10^12 bacterias por gramo, eso es un 10 con 12
ceros a continuación: un billón, un millón de millones. Se estima que en
un organismo sano hay 10 veces más células bacteriales que células
constitutivas humanas.
La adquisición y evolución de la microbiota
intestinal en los animales se da al nacer y, en los humanos, depende en
gran medida de la forma de nacimiento, ya que la primera colonización se
produce al atravesar las paredes de la vagina. Luego, por medio de la
lactancia, la medicación, los cuidados y la higiene, se forma el
ambiente adecuado para el establecimiento de bacterias comensales que
previenen el crecimiento de patógenos.
Por su omnipresencia y por las actividades que
promueve, a la microbiota del cuerpo humano se la ha llamado "el órgano
olvidado". Si se junta todo el material bacteriano disperso dentro y
fuera del cuerpo se obtiene una masa de casi dos kilos de peso.
"Existe otra buena cantidad de funciones y procesos
orgánicos que se piensa que están vinculados con la microbiota, pero
mucho de eso está siendo estudiado. Es un campo de investigación muy
activo en los últimos años", comenta Schelotto.
Es que mientras la publicidad nos muestra a unos
seres deformes y traicioneros y que amenazan la salud de nuestros hijos
en los rincones más inofensivos de nuestras casas, estos organismos
microscópicos, sin salvarnos, nos están salvando de cosas peores.
SOMOS BACTARIALMENTE ÚNICOS
Limpieza sin abusar
Las bacterias forman parte del entorno y del
organismo humano tras haber sobrevivido a un largo viaje. Esa
supervivencia se dio gracias a sus capacidades de expansión y
modificación que les permitieron desarrollarse ante las adversidades.
Esa misma capacidad es la que les permite librarse, con el tiempo, de
los desinfectantes. "El abuso de antisépticos antibacterianos genera un
desbalance en la biota", dice Rafael Vignoli.
"Y, en algunos casos, favorece la generación de
resistencia. No conocemos a todas las bacterias, es algo que se está
estudiando. Sabemos que son muy distintas entre sí. Hay bacterias que,
en las condiciones más óptimas de crecimiento, pueden dar una nueva
generación en 20 minutos. Esa velocidad en la multiplicación y la
versatilidad metabólica y funcional permite que aparezca una nueva
población resistente a los productos antisépticos".
Según los estudios, realizados en 18 partes del
cuerpo de 242 voluntarios sanos (129 hombres y 113 mujeres, todos de
procedencia occidental), "la diversidad y la abundancia de las
poblaciones bacterianas de cada hábitat varía extensamente de unos
individuos a otros", y cada zona del cuerpo contiene su línea específica
de microorganismos. Dicho de otro modo: en breve se podría clasificar a
las personas de acuerdo a los patrones de composición de su microbiota y
se podrá determinar qué clase de relaciones con determinados tipos de
enfermedades.
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